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Canción: Black
Banda: Pearl Jam
Año: 1991
Género: Grunge, Ballad, Rock
- Rating 100%
- Letra 100%
- Voces 100%
- Melodía 100%
- Ritmo 100%
- Emoción 100%
RESEÑA
Black es una canción que había escuchado hace muchísimos años, quizá mucho más de veinticinco, pero este año pasado la volví a oír y, al escuchar su letra, me inspiró para escribir una historia que ahora mismo estoy desarrollando. Es un fanfic donde la protagonista, una bombera de Seattle, sufre una gran pérdida. Su estación de bomberos es atacada y varios de sus amigos y su esposa mueren en el incendio que siguió. Ella se siente culpable porque ella era bombera, esa era su estación y porque ese día en particular, su esposa Carina y ella iban a viajar a la playa a celebrar que finalmente tendrían un bebé. Sin embargo, a Carina la llaman para atender una emergencia y se convierte en una de las víctimas de la explosión. Maya, la protagonista deja todo lo que conocía y empieza una persecución para encontrar al hombre que planeó el atentado.
La canción habla de una gran pérdida, de cómo esa persona que sobrevive no logra encontrar su norte. Todo lo que siente está bañado en negro, tatuado en negro, dejando que la tinta y el dolor lo invadan por completo. Hay una referencia también a la figura de un hijo, a cómo él va a un parque lleno de risas de niños, de vida, pero él no encuentra consuelo. Todo lo que debería ser amor ahora es solo negro, solo es dolor.
Líricamente la canción está llena de referencias que pintan una historia cruel y aniquiladora. ¿Cómo sigues después de perderlo todo?
Musicalmente, las melodías son suaves, pero inquietantes, crean dentro del pecho una incertidumbre y un sentimiento de insatisfacción porque ya está, esa persona se fue y nada será igual. El inicio de la guitarra eléctrica junto con la voz de Eddie Vedder armonizando un grito, una queja que lanza todo el sentimiento del resto de la canción, es perfecto. Las percusiones van a paso lento, casi como si caminaran al ritmo de un hombre perdido, de pisadas pesadas. El piano me da una sensación casi como de una melodía que oirías en una iglesia, no sé exactamente por qué. La vocalización de Eddie Vedder, llena de esos gritos guardados de dolor cierran perfectamente lo que la canción evoca.
Cada vez que estuche Black, puedo imaginarme el dolor del personaje de mi historia y todo lo que siente, cómo cambia completamente por lo que sucedió y se deja llevar por la venganza.
Linda canción. Bonita, bonita.
Historia
Fragmento de Black
28 de julio de 2023
Reconocer a una víctima de quemaduras en una morgue es, sin duda, una de las tareas más difíciles que existen. El fuego se lleva la mayoría de sus rasgos reconocibles. La suavidad de su piel ha desaparecido, ahora sustituida por una capa de heridas que nunca cicatrizarán, algunas de ellas no han dejado más que una clara visión del hueso. Nunca es una imagen bonita ver a un ser querido tan herido de esa manera. Hace que todo se oscurezca, que tu recuerdo de ellos quede manchado para siempre, negro. Es una visión difícil de superar.
—Podríamos usar su ayuda para identificar los cuerpos recuperados. Tenemos seis fallecidos y… cinco de ellos llevaban el uniforme del Departamento de Bomberos de Seattle. —Siempre era duro para el detective Leary hacer esta petición a los familiares, más aún en ocasiones en las que los fallecidos habían sufrido heridas como estas.
—Yo iré. —Le ofreció Maya. Habiendo sido capitana de la estación en un momento dado, conocía a todos los bomberos y podía hacer la identificación. Además, cargaba con la responsabilidad de las familias de sus colegas, que nunca habían visto lo que el fuego podía hacer a un ser humano.
Mientras caminaba por el interior de la Oficina del Médico Forense del condado de King al lado del detective, repasó mentalmente la conversación que había mantenido con su capitán el día anterior, aquella en la que solicitó un día personal para tener una breve escapada con su esposa. Si no lo hubiera hecho, podría haber sido una de las personas que estaban en aquel lugar esperando a ser reconocidas.
—Siento mucho su pérdida, ¿señora…? —El hombre no sabía cómo referirse a ella.
—Teniente Maya Bishop —respondió ella mientras terminaba de bajar los dos últimos escalones hacia el sótano—. Este era mi grupo, mi turno.
—¿Estaba de permiso?
—Algo así. —Maya podía sentir la frialdad del lugar. El aire acondicionado estaba a tope, tanto que una pequeña brisa le movía finos mechones de pelo por la frente.
—Teniente, por favor, póngase el gorro desechable para el pelo, la mascarilla, la bata y los guantes a su derecha —dijo el detective mientras hacía lo mismo—. Los cuerpos aún no habían sido procesados y necesitamos controlar la integridad de las pruebas. —No quería ahondar en los detalles de la investigación, pero los Bomberos habían informado de indicios de intencionalidad y estaban tomando todas las precauciones.
El hombre se volvió hacia Maya y, al ver que estaba lista, empujó las puertas giratorias de la sala de reconocimiento forense, donde ya les esperaba el asistente médico.
—¿Está lista? —El detective esperó hasta que Maya le hizo una señal. El proceso no solía ser largo, aunque en esta ocasión había que identificar a varias víctimas. Aun así, esperaría el tiempo que ella necesitara. Maya asintió, acercándose al congelador, y sólo entonces levantó la grabadora de la mesa. —Hoy es viernes, 28 de julio de 2023. Soy el detective Christian Leary y, para constancia, la teniente Maya Bishop está identificando a la víctima número uno. No hemos podido hacer una identificación parcial debido a que su placa identificativa fue consumida por el fuego.
El ayudante abrió la primera cámara, tirando de la bandeja con dificultad, parecía pesada, el metal chirriaba al salir desencajando sus dientes.
Alguien tiene que poner un poco de aceite en ese raíl, pensó Maya, liberando la tensión de su mandíbula cuando golpeó al llegar al final con un eco que se dispersó por la sala. El asistente procedió entonces a retirar la sábana de la cara de la víctima.
Un escalofrío recorrió sus mejillas al ver con claridad quién era. El impacto de ver a su amigo, casi irreconocible, le paró el corazón. Había sido rescatado del primer piso y sufrió graves quemaduras en gran parte del cuerpo y la cara.
—Teniente, ¿reconoce a la víctima? —preguntó el detective al cabo de unos segundos, le dio tiempo suficiente para estar segura.
–Sí —Maya confirmó, haciendo una pausa al ver cómo el ayudante de la morgue lo tapaba con la manta. —Es Jack Gibson. —Sabía que aquello iba a ser duro, pero no imaginaba lo pesado que se iba a sentir, cómo ese escalofrío que se originó en su espalda al verle por primera vez se acumulaba en su estómago con un terrible dolor.
El asistente cerró la cámara y retrocedió tres pasos, abriendo la siguiente, mientras Maya hacía todos los intentos posibles por contener la respiración. Porque ésa es la otra parte desagradable del proceso. No es sólo lo visual con lo que te quedas después de ver a esa persona con la que una vez reíste y lloraste, a la que has besado y abrazado, a la que amaste; es que llevarás para siempre el olor de su piel quemada en tus fosas nasales. Se quedará grabado en tu memoria junto con esa última imagen de ellos en ese lugar frío y sin alma.
Autora
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